GARCETAS BLANCAS de DEREK WALCOTT Poesía Texto ESPAÑOL pt.2
Garcetas blancas
Derek Walcott
(en Inglés: White Egrets)
Libro
Colección de poesía
Texto de la poesía
Poema traducido al español
Literatura del Caribe
El Poema ” Garcetas blancas “ (inglés original: White Egrets) de Derek Walcott (Premio Nobel de literatura en 1992 y considerado el mayor y más importante poeta y dramaturgo de las Indias Occidentales) es una meditación sobre el arte, la memoria y el paso del tiempo. El poema “Garcetas blancas” de Derek Walcott (escrito cuando el poeta tenía 80 años) está lleno de referencias a la muerte, la decadencia y la vejez. La muerte es una clara posibilidad para el poeta Derek Walcott cuando ve que todos sus amigos están “muriendo”. Pero las garcetas blancas le recuerdan a Derek Walcott que el arte y la poesía siempre estarán con nosotros y que el poeta debe seguir trabajando…
El libro / colección de poesía: “Garcetas blancas” (inglés original: White Egrets) se publicó en 2010, cuando Walcott tenía 80 años.
A continuación puede leer la poesía de Derek Walcott “Garcetas blancas” traducido al español.
En el menú de arriba o al-lado, puede encontrar la poesía de Derek Walcott: “Garcetas blancas” traducido a otros idiomas: alemán, italiano, francés, chino, etc.
Buena lectura.
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Derek Walcott
Garcetas blancas
Texto de la poesía
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Parte 2
5
El ideal perpetuo es el asombro.
¡La helada hierba verdosa, los árboles tranquilos, el bosque
en la colina de allá, luego, el blanco suspiro de una garceta
que vuela hasta el marco donde se tambalea para descansar
con su paso torpe, erecto y emblemático!
Otro pensamiento asombra: un gavilán en el puño
de una rama, silencioso, como un halcón,
se dispara hacia el cielo, circulando sobre alabanzas o condenas,
con la misma alta indiferencia que ustedes:
ahora se lanza a destrozar un ratón de campo con sus garras.
La página de la hierba y esta página abierta son las mismas:
una garceta sorprende la página, el altivo gavilán grazna
sobre una cosa muerta, un amor que era puro castigo.
6
No he visto a las garcetas desde la mitad de la semana de navidad,
y nadie me dijo el por qué se fueron,
pero ahora han vuelto con la lluvia: su pico naranja,
sus zancas rosadas y su cabeza de cuchillo, están de vuelta en el césped
donde solían estar con la lluvia clara e ilimitada
del valle de Santa Cruz, en el cual, llueve
continuamente sobre los cedros hasta que la niebla cubre la llanura.
Las garcetas tienen el color de las cascadas,
y de las nubes. Algunos amigos, los pocos que aun tengo,
están muriendo, pero las garcetas acechan tras la lluvia
como si nada mortal pudiera afligirlas, o se alzan
como abruptos ángeles, planean y vuelven a posarse.
En ocasiones las colinas desaparecen por sí mismas
como amigos, lentamente, pero estoy tan feliz
de que hayan vuelto ahora, como la memoria, como una plegaria.
7
Con el ocio de una hoja cayendo en el bosque,
amarillo pálido tirando a verde – mi final.
Pronto será la temporada seca, las colinas se oxidarán,
las garcetas hunden sus ondulantes cuellos, encorvándose
y apuñalando a gusanos y larvas tras la lluvia;
en ocasiones erectas como los pinos del bowling, se levantan
como jirones de algodón pelados en las montañas;
entonces cuando se mueven, torpemente, desplazan esta mano
con los dedos abiertos de sus patas y sus cuellos como dardos.
Compartimos un instinto: el voraz apetito
que posee el pico de mi lápiz, pinchando retorcidos insectos
como sustantivos y tragándoselos, ya que mi pico lee
mientras escribe, sacudiendo con ira lo que rechaza.
Selección es lo que enseña la garceta
en el amplio y abierto césped: su cabeza negando mientras lee
en un silencio impuesto, en una lengua que está más allá del discurso.
8
Estábamos próximos a la piscina de la casa de un amigo en St. Croix:
Joseph y yo hablábamos; él detuvo la conversación
– esperaba que disfrutara esta visita –
para señalar, con un quejido, no paralizada ni espiando
sino fijada en un gran árbol, un suspiro que lo sacudió
“como algo salido del Bosco”, dijo. El inmenso pájaro estaba
de repente ahí, quizás él mismo que lo estremeció,
una garceta sepulcral o una garza – la impronunciable palabra estaba
siempre ante nosotros, como Eumaeus, un tercer compañero –
y lo que le fascinó, a él que amaba la nieve, lo que lo sacó de sí,
era que el pájaro era de un blanco espectral.
Ahora cuando de tarde o de noche en el césped
las garcetas planean juntas en silenciosos vuelos
o atraviesan, como una regata, la hierba verdosa del mar:
se vuelven almas seráficas, como era la de Joseph.
…
..
.
Derek Walcott – Garcetas blancas
en Inglés: White Egrets (2010)
Texto de la poesía traducido al español
Literatura del Caribe
< Derek Walcott – Garcetas blancas – Parte 1
Derek Walcott White Egrets Versión original inglesa > aquí
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Derek Walcott
Derek Alton Walcott (Castries, Santa Lucía, 23 de enero de 1930-17 de marzo de 2017) fue un poeta, dramaturgo y artista visual santaluciano. Su experiencia de crecimiento en un isla volcánica aislada, una excolonia británica tuvo una fuerte influencia en la vida de Derek Walcott y su trabajo. Sus abuelas habían sido descendientes de esclavos.
Obra de Derek Walcott encuentra intensamente relacionada con el simbolismo de los mitos y con su relación con la cultura, sin embargo; la misma fue desarrollada en forma independiente a las escuelas del realismo mágico que emergían por esa misma época en Sudamérica y Europa. Es especialmente conocido por su poema épico Omeros, (1990) considerado el mejor trabajo de Derek Walcott.