FRANZ KAFKA – UN SUENO (Un médico rural) Historias cortas

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Franz Kafka

 

Un sueño

(Un médico rural)

 

 

 

Josef K soñó:

Era un hermoso día y K quería pasear. Pero apenas había dado dos pasos, cuando ya se encontraba en el cementerio. Allí había dos caminos muy artificiosos que se entrecruzaban de forma poco práctica, pero él se deslizó por ellos como por un torrente, con una actitud imperturbable y fluctuante. Desde la lejanía descubrió un túmulo reciente en el que quería detenerse. Ese túmulo ejercía sobre él una atracción poderosa y no creía ir lo suficientemente rápido. Algunas veces apenas podía ver el túmulo, pues quedaba oculto por banderas que se entrelazaban con fuerza. No se veía a sus portadores, pero parecía como si allí reinase un gran júbilo.

 

Mientras dirigía su vista a la lejanía, descubrió repentinamente el túmulo a su costado, en el camino, ya casi a su espalda. Saltó rápidamente al césped. Como el terreno bajo su pie de apoyo al saltar era deslizante se desequilibró y cayó precisamente ante el túmulo y de rodillas. Detrás de la tumba había dos hombres que sostenían una lápida en vilo. Apenas apareció K, arrojaron la lápida al suelo y él quedó como si lo hubieran emparedado. Un tercer hombre, al que K reconoció de inmediato como un artista, salió en seguida de un matorral. Vestía sólo unos pantalones y una camisa mal abotonada. En la cabeza llevaba un gorro de terciopelo y sostenía en la mano un lápiz común con el que, al acercarse, trazó figuras en el aire. Se colocó con el lápiz arriba, sobre la lápida.

 

Como ésta era muy alta no tuvo que agacharse del todo, aunque sí inclinarse, pues el túmulo, que no quería pisar, le separaba de la lápida. Permanecía, por consiguiente, sobre las puntas de los pies y se apoyaba con la mano izquierda sobre la superficie de la losa. Gracias a una hábil maniobra logró trazar algunas letras doradas con el lápiz. Escribió: «Aquí descansa…». Cada letra apareció clara y bella, perfecta y de oro puro. Cuando terminó de escribir las dos palabras, se volvió y miró a K, que esperaba ansioso la continuación de la escritura y apenas se preocupaba del hombre, ya que sólo mantenía fija la mirada en la lápida.

 

El hombre, en efecto, se dispuso a seguir escribiendo, pero no podía, había algún impedimento. Bajó el lápiz y se volvió de nuevo hacia K, que, ahora, se fijó en el pintor y advirtió que éste se encontraba en un estado de gran confusión, aunque no podía decir la causa. Toda su animación previa había desaparecido. También K quedó confuso. Intercambiaron miradas suplicantes. Había un malentendido que ninguno podía aclarar. Comenzó a sonar de un modo inoportuno la campana de la capilla perteneciente a la tumba, pero el artista hizo un ademán y la campana se detuvo. Transcurrido un rato comenzó a sonar de nuevo, esta vez en un tono muy bajo y deteniéndose al instante sin ningún requerimiento. Era como si quisiera probar su sonido. K estaba desconsolado por la situación del artista, comenzó a llorar y sollozó largo tiempo cubriéndose el rostro con las manos.

 

El artista esperó hasta que K se hubo tranquilizado y entonces decidió seguir escribiendo, ya que no encontraba otra salida. La primera línea que escribió supuso para K una liberación, aunque el artista la realizó con gran resistencia. La escritura ya no era tan bella, ante todo parecía faltar oro. La línea surgía pálida e insegura, la letra quedaba demasiado grande. Era una «J», estaba casi terminada cuando el artista pisoteó furioso la tumba, de tal modo que la tierra invadió el aire. K le comprendió al fin. Para pedir perdón ya no había tiempo. Escarbó en la tierra, que apenas oponía resistencia, con los dedos. Todo parecía preparado. Sólo había una ligera capa para guardar las apariencias. Una vez retirada, apareció una gran fosa con paredes escarpadas en la que K se hundió, puesto de espaldas por una suave corriente. Mientras él, con la cabeza todavía recta sobre la nuca, ya era recibido por la impenetrable profundidad, su nombre era inscrito con poderosos ornamentos en la piedra. Fascinado por esta visión, despertó.

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Franz Kafka – Un sueño (Un médico rural)

Traducción: José Rafael Hernández Arias

 

 

 

Franz Kafka

 

 

Franz Kafka (Praga, 3 de julio de 1883-Kierling, Austria, 3 de junio de 1924) fue un escritor de origen judío nacido en Bohemia que escribió en alemán. Su obra está considerada una de las más influyentes de la literatura universal5​6​ y está llena de temas y arquetipos sobre la alienación, la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos, personajes en aventuras terroríficas, laberintos de burocracia y transformaciones místicas.

 

 

Bibliografía

 

Narrativa publicada en vida

 

 

Estatua de bronce dedicada a Franz Kafka en Praga.
Contemplación (Betrachtung – 1913)
Niños en un camino de campo (Kinder auf der Landstraße)
Desenmascaramiento de un embaucador (Entlarvung eines Bauernfängers)
El paseo repentino (Der plötzliche Spaziergang)
Resoluciones (Entschlüsse)
La excursión a la montaña (Der Ausflug ins Gebirge)
Desdicha del soltero (Das Unglück des Junggesellen)
El comerciante (Der Kaufmann)
Mirando afuera distraídamente (Zerstreutes Hinausschaun)
El camino a casa (Der Nachhauseweg)
Los que pasan corriendo (Die Vorüberlaufenden)
El pasajero (Der Fahrgast)
Vestidos (Kleider)
El rechazo (Die Abweisung)
La condena. Una historia para Felice B. (Das Urteil – 1913)
El fogonero. Un fragmento (1913)
La metamorfosis (Die Verwandlung – 1915)
En la colonia penitenciaria (In der Strafkolonie – 1919)
Un médico rural (Ein Landarzt – 1919)
El nuevo abogado
Un médico rural.(Ein Landarzt – 1917)
En la galería
Un viejo manuscrito
Ante la ley (parábola). Repetido en El Proceso.
Chacales y árabes
Una visita a la mina
El pueblo más cercano
Un mensaje imperial
Preocupaciones de un padre de familia (Die sorge des Hausvater)
Once hijos
Un fratricidio
Un sueño (Ein Traum)
Informe para una academia (Ein Bericht für eine Akademie – 1917)
Un artista del hambre (1924) (Ein Hungerkünstler – 1922). Revisado por Kafka en su lecho de muerte
Primer sufrimiento
Una mujercita
Un artista del hambre (Ein Hurgerkünstler)
Josefina la cantora o El pueblo de los ratones
Textos publicados en revistas
Un brevario para damas (1909)
Conversación con el borracho (1909)
Conversación con el orante (1909)
Los aeroplanos en Brescia (1909)
Una novela de juventud (1910)
Una revista extinta (1910)
Primer capítulo del libro Richard y Samuel (1912)
Barullo (1912)
Desde Matlárháza (1920)
El jinete del cubo (1921)

 

 

Obras publicadas póstumamente

 

 

El desaparecido.47​ Novela comenzada en 1911 y que dejó de escribir en 1912. Está inconclusa. Durante años se conoció como América, título que Max Brod escogió, pero estudios recientes han determinado que Kafka la tituló El desaparecido. Se publicó por primera vez en 1927. Desde 1982 la distribución de los capítulos y fragmentos se modificó, y la editorial Fischer publicó en alemán la edición definitiva.
El proceso47​ (Der Prozeß, 1925). Novela inconclusa.
El castillo47​ (Das Schloß, 1926). Novela inacabada.
La Muralla China. Relato. Se supone que la versión definitiva fue quemada por Kafka.
Carta al padre (Brief an den Vater, noviembre de 1919).
Ricardo y Samuel. Capítulo de una novela, escrito en colaboración con Max Brod.
La obra (Der Bau, 1923-1924). También traducida como La construcción o La madriguera.

 

Relatos

 

Preparativos de una boda en el campo (Hochzeitsvorbereitungen auf dem Lande – 1907-1908)
Der Dorfschullehrer o Der Riesenmaulwurf – 1914-1915
La muralla china (Beim Bau der Chinesischen Mauer – 1917)
Descripción de un combate (1950)
Los aeroplanos de Brescia (1907)
La condena (1912)
Contemplación (1913)
Un médico rural (1919)
Un artista del trapecio (Versión previa a otra definitiva destruida más tarde por Kafka)
Poseidón (1920)

(wikipedia)

 

 

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